viernes, 10 de octubre de 2008

Ira en EEUU contra los políticos y los ejecutivos de Wall Street

Altos jefes de Lehman Brothers mantienen remuneraciones por 480 millones de dólares tras el rescate
David Brooks
La jornada

“¿Ya están brincando los ejecutivos desde los edificios de Wall Street? Ojalá vayan y los arresten antes de que lo hagan, hijos de la chingada”, dice un neoyorquino leyendo los titulares de los periódicos hoy.

Algunos de esos ejecutivos hicieron poco para cambiar la ira popular cuando se presentaron en audiencias ante el Congreso esta semana, donde intentaron justificar sus decisiones que resultaron en la crisis financiera más grande desde la Gran Depresión.

Richard Fuld, ejecutivo en jefe de Lehman Brothers, uno de los cinco bancos de inversiones más grandes que entró en quiebra en 15 de septiembre, no tenía respuesta cuando el representante Henry Waxman lo interrogó así: “Su empresa ahora está en bancarrota y su país en un estado de crisis, pero usted se queda con sus 480 millones (la remuneración que ha ganado en sus años como jefe de la empresa). ¿Usted cree que eso es justo?.. Es casi inimaginable para tanta gente”.Ahí se reveló que cuando un ejecutivo de bajo rango sugirió que los ejecutivos de Lehman deberían considerar anular su ingreso adicional, el jefe de inversiones globales de la empresa, George Walker, quien resulta ser primo del presidente George W. Bush, envió una disculpa por permitir que haya circulado tal sugerencia. Cuatro días antes de declararse en bancarrota, el comité ejecutivo de compensaciones de la empresa recomendó que tres ejecutivos que se retiraban deberían ser premiados con 20 millones de dólares.

Detrás de Fuld en el público de la audiencia, había pancartas en las que se leía “Vergüenza” y “Limiten la avaricia”.

Ayer, frente al mismo comité del Congreso, le tocó el turno a los ejecutivos de la gigantesca aseguradora AIG. Fueron interrogados sobre cómo era posible que seis días después de que los contribuyentes del país habían rescatado la empresa con 85 mil millones de dólares, los ejecutivos gastaron 500 mil dólares de la empresa para relajarse en un hotel de lujo en las playas de California, donde ocuparon 60 habitaciones.

Ahí gastaron 200 mil para los cuartos, 150 mil para comidas, 10 mil en el bar, y 23 mil en el spa. “Estaban consiguiendo sus manicures, sus faciales, sus pedicures y sus masajes mientras que el pueblo estadunidense estaba pagando la cuenta”, declaró el representante Elijah Cummings al interrogarlos.

Sin embargo, hoy se anunció que la Reserva Federal estaba otorgando otro préstamo de 38.7 mil millones a AIG.

De pronto, parece, los que antes eran admirados como los “maestros del universo” ahora son los villanos de esta historia junto con varios de sus cuates en la cúpula política.
Nadie sabe si el rescate financiero funcionará, pero la ira y desconfianza popular contra la cúpula política y económica del país es palpable en las calles (no es por nada que la Casa Blanca republicana y el Congreso demócrata registran sus niveles más altos de desaprobación en la historia en las encuestas).

Que ambos candidatos presidenciales, que el liderazgo demócrata y la Casa Blanca republicana y una mayoría de ambos partidos afirmen, al unísono, que entregar miles de millones al sector más rico del país para beneficio de todos los demás, con esa consigna de que “no es para Wall Street, sino para Main Street”, sigue sonando hueco y algo sospechoso.

Mike Lupica, columnista del New York Daily News, lo expresa cuando escribe: “en momentos de crisis el liderazgo del país es una vergüenza... Hablan de miles de millones y billones a gente que se está ahogando en deudas de tarjetas de crédito, que no logra conseguir préstamos para ir a la universidad, y menos pueden pagarlas, que ya no tienen con qué pagar la gasolina para sus coches... Ya nadie les cree más”.

O Michael Moore, el cineasta, quien escribe que “los 400 estadunidenses más ricos... tienen más que los 150 millones de estadunidenses de abajo. Cuatrocientos estadunidenses ricos tienen más guardado que la mitad de todo el país. Su valor neto combinado es 1.6 billones. Durante los ocho años del gobierno de Bush, su riqueza se ha incrementado por casi 700 mil millones, el mismo monto que ahora están demandando que les demos para su ‘rescate’. ¿Por qué no mejor gastan la lana que ganaron con Bush para rescatarse a sí mismos? Aún contarían con casi un billón de dólares para compartir entre ellos. ¿Por qué razón se nos ocurre dar a estos barones rateros más de nuestro dinero?”

Es el fin de una segunda edad “dorada”, dicen unos (la primera acabó con la Gran Depresión); otros que es el fin de una economía encabezada por los autoproclamados “maestros del universo”, los ejecutivos del sector financiero que se presentaban casi como dioses, encargados de lo que ahora muchos dicen que fue más bien un casino.

El momento recuerda una conversación ficticia sobre la economía ficción del mundo financiero especulativo. Gordon Gekko, el multimillonario inversionista en sus oficinas de lujo en Nueva York le dice a su aprendiz Bud Fox que Wall Street es “una ilusión que se ha vuelto real”. El aprendiz le pregunta acerca de los límites de la avaricia, “¿Pero cuánto es suficiente?”, furioso porque Gekko está por comprar una aerolínea sólo para destruir la empresa como negocio; empresa donde trabajan el padre de Fox y otros sindicalizados que perderán sus empleos. Gekko le responde que si no sabía que “el 1 por ciento del país es dueño de 50 pro ciento de la riqueza”, y que ese más de 90 por ciento del país ha sido convencido que así es el mundo. “Yo produzco nada”, dice, sino que sólo juega con lo que ha sido creado por otros. Y acaba: “A poco eres tan ingenuo que crees que vivimos en una democracia. Esto es el libre mercado”. Gekko, personaje actuado por Michael Douglas por lo cual ganó el Oscar, y Fox, actuado por Charlie Sheen (su padre en la vida real, Martin Sheen, tiene el papel de su padre aquí también) fueron parte de la película Wall Street dirigida por Oliver Stone hace 20 años.

1 comentario:

Unknown dijo...

Cincuenta ejecutivos de la aseguradora en bancarrota Fortis se gastan 150.000 en una comida en Montecarlo
AFP

A lo grande. La división aseguradora del desaparecido Fortis, cuyos restos han sido comprados a precio de saldo por BNP Paribas, ha invitado este viernes a 50 personas a un "evento culinario" de 150.000 euros en el prestigioso restaurante Louis XV del hotel monegasco de Paris Monte-Carlo, el más caro de todo el Principado.
Según publica el diario belga 'De Morgen', el almuerzo, que reunirá a muchos agentes independientes del banco, está organizado en este exquisito restaurante valorado con tres estrellas por la 'Guía Michelin'.
Este salón posee la bodega más grande de vinos de todo el mundo. Unas 250.000 botellas, "la mayoría imposibles de pagar", según la guía de viajes 'Lonely Planet'.
Disfrutar de un almuerzo en este restaurante vale más de 300 euros, mientras que el precio de pasar una noche en el hotel está entre los 500 y 1.000 euros siempre que sea en temporada baja.
"Algunos miembros de la dirección estarán presentes, pero el grupo lo formarán esencialmente en corredores e intermediarios externos", indicó un portavoz de la rama aseguradora del extinto banco del Benelux. No obstante, el acontecimiento, inscrito en el marco de las relaciones comerciales de la entidad, estaba previsto desde hace meses.
Días de vino y rosas
Esta polémica cita se produce pocos días después de conocerse que los ejecutivos de la aseguradora estadounidense AIG, intervenida por la Reserva Federal para evitar su quiebra, disfrutaron de una semana de vacaciones en un lujoso hotel donde gastaron cientos de miles de dólares poco después de su hundimiento.
El presidente del Comité de Supervisión y de Reformas del Gobierno de la Cámara de Representantes, el demócrata Henry Waxman, mostró una fotografía en la que aparecían ellos en un hotel de Monarch Beach, California, donde las habitaciones valen 1.000 dólares la noche. Allí gastaron más de 440.000 dólares, según las facturas que también mostró Waxman.
El plan de rescate de AIG le costó a Estados Unidos 85.000 millones de dólares. Los ejecutivos gastaron durante su estancia de una semana en el hotel casi 200.000 dólares en habitaciones, más de 150.000 en comidas y 23.000 en tratamientos del balneario del hotel, según los datos Waxman.
Lo gastado en planes de rescate hubiera servido para acabar con el hambre por 50 años

Pablo Siris Seade (11-10-2008)
La FAO solicitó a los líderes mundiales en junio, 30 mil millones de dólares anuales para relanzar la agricultura y evitar amenazas futuras de escasez de los alimentos. Sólo recolectó 7 mil 500 millones de dólares pagaderos en cuatro años. Contraste esto con los 700 mil millones del plan de rescate de EEUU, sin incluir los de Europa.


Mientras el BBVA "anunciaba el riesgo venezolano"
La crisis de EEUU en gráficas
Luigino Bracci Roa y Damián Fossi/Pascual Serrano (11-10-2008)
Si usted compró 10 mil dólares en acciones de General Motors hace un año, ¡hoy sus acciones valen sólo 1.350 dólares! Vea los gráficos de la evolución en un año de Exxon, Morgan Stanley, Google, Ford, Microsoft, Sun, Cemex, Moody's, Grupo Santander, Playboy, McDonald's y Time Warner.


Los ejecutivos de la aseguradora AIG se gastaron 440.000 dolares en una semana de vacaciones tras recibir el dinero del rescate del gobierno
Efe

El presidente del Comité de Supervisión y de Reformas del Gobierno de la Cámara de Representantes, el demócrata Henry Waxman, lo denunció en el segundo día de audiencias sobre la crisis financiera internacional.

El legislador mostró una fotografía de un hotel de Monarch Beach (California), en el que las habitaciones cuestan hasta 1.000 dólares por noche, y explicó que las facturas evidencian que los ejecutivos de AIG se gastaron más de 440.000 dólares.

Los ejecutivos de la aseguradora, que fue rescatada por el pasado 16 de septiembre con un plan valorado en 85.000 millones de dólares, desembolsaron durante su estancia de una semana en el hotel casi 200.000 dólares en las habitaciones, más de 150.000 en comidas y 23.000 en tratamientos del balneario del hotel, según Waxman.

El legislador no ocultó su malestar por el hecho de que apenas una semana después de que los contribuyentes rescataran a AIG, ejecutivos de la compañía estuvieran "bebiendo y cenando en uno de los hoteles más exclusivo del país".

El legislador demócrata Elijah Cummings se mostró indignado por el comportamiento de los ejecutivos de AIG.

"Se han hecho la manicura, recibido tratamientos faciales, pedicuras y masajes mientras los estadounidenses estaban corriendo con los gastos", afirmó en la audiencia.

AIG se defendió de las acusaciones con el argumento de que el viaje había sido organizado un año antes como recompensa a los ejecutivos de venta del negocio de seguros de vida de la compañía.

"Es tan básico como el salario, ya que supone recompensar el trabajo", explicó el portavoz de AIG Nicholas Ashoo a la agencia de noticias Bloomberg.

Como paso previo a la audiencia de hoy en el Congreso, el Comité de Supervisión ha revisado "decenas de miles" de documentos de AIG, que, de acuerdo con Waxman, hacen pensar si las generosas bonificaciones para los ejecutivos están justificadas a la vista de las pérdidas que registraba la aseguradora a partir de 2007.

AIG perdió más de 5.000 millones de dólares en el último trimestre de 2007, pérdida atribuible a la división de productos financieros, pero el consejero delegado de entonces, Martin Sullivan, recibió una bonificación en efectivo de más de 5 millones de dólares.

El Consejo de Administración de la aseguradora también aprobó un nuevo contrato de compensación para Sullivan que le proporcionó un "paracaídas de oro" para una posible salida de la compañía de 15 millones de dólares, explicó Waxman.

Por su parte, Joseph Cassano, el responsable de la división de Productos Financieros, recibió más de 280 millones de dólares durante los últimos ocho años. Incluso después de haber caído en desgracia en la compañía por la falta de resultados, el ejecutivo siguió contando con un salario de un millón de dólares al mes.

Waxman también recalcó que mientras los ex ejecutivos de AIG niegan toda responsabilidad en el colapso de la aseguradora, una carta confidencial de la Oficina de Supervisión de Ahorros "presenta otro escenario".

En esta carta, con fecha de 10 de marzo de 2008, el organismo regulador afirmó que estaba "preocupado por el hecho de que en la supervisión corporativa de AIG Financial Products fallan elementos esenciales de independencia, transparencia y consistencia".

Documentos internos de la auditora PricewaterhouseCooper evidenciaban problemas similares, indicó Waxman.

Cuando un auditor de AIG, Joseph St. Denis, expresó su preocupación por cómo la división de Productos Financieros hizo sus cuentas, Cassano le excluyó "deliberadamente" de la evaluación con el argumento de que "contaminaba el proceso".