No salgo de mi asombro. El Sr Biel, que jamás ha ganado, ni ganará, unas elecciones, hace y deshace a su antojo. Si hace unos días cometía una torpeza mayúscula en Valencia, no se sabe muy bien si por agradar a sus anfitriones o porque el pobrecico no da para más, ahora pide a los críticos que aporten ideas al proyecto nauseabundo de Gran Scala. Algo así como exigir a un condenado a muerte plantee de qué forma su ejecución va a suponer un sufrimiento menor. El incidente de Valencia, en mi opinión, no fue tan escandaloso por el tema con el que sus declaraciones estaban relacionadas, sino por la calidad técnica de las mismas. Aunque ya se sabe que "aquí", mentar el trasvase con cierta ambigüedad, supone un delito de lesa majestad. Lo contrario a lo que sucede cuando habla de Gran Scala y comete equivocaciones similares en el plano tecnológico que pasan desapercibidas. Como asegurar que va a ser sostenible cuando un análisis serio demuestra que eso es imposible -sin necesidad de conocerlo en profundidad, con los pocos datos que han ofrecido al respecto-, pretendiendo que la gente que es consciente de esa circunstancia aporte ideas al tema.
Estareis conmigo en que algo kafkiano si que es. No sólo no dan información acerca del proyecto, saltándose el Convenio de Aarhus, también se debe contribuir de manera entusiasta a algo que se desconoce. Vamos, que si no fuera por las continuas declaraciones y el paripe continuo de este señor, podriamos asegurar que Gran Scala no existe. Al final todo se está reduciendo a una cuestión de fe y, sobre esa fe, debemos trabajar todos. Incluso aquellos que no sólo se muestran incrédulos, igualmente están en contra de esta nueva secta cuyo sumo sacerdote, como podemos todos observar, es el mismísimo Vicepresidente de Aragón.
También dice el José-Angelito (Biel se entiende) que no se puede dar más crédito a aquellos que se oponen al proyecto que el que se da a los que se posicionan a favor de él. A esas mismas organizaciones se les dio todo el crédito cuando la oposición al trasvase y se esgrimieron sus argumentos para derogarlo -para luego hacer en Aragón lo que se criticaba, con razón, en Levante-. El mismo que ganaron cuando evitaron que el Cañón de Añisclo se convirtiera en una central hidroeléctrica, fueron pioneros en la conservación de espacios como el Galacho de la Alfranca o en evitar que una central nuclear subcrítica fuera instalada en Zaragoza -que eso es lo que realmente era el famoso Rubbiatron-. Yo creo que a esas organizaciones si hay que darles todo el crédito. Entre otras cosas, porque son bastante más democráticas que el señor Biel y todas ellas, todas las que en Aragón tienen algo que ver con la sostenibilidad, ante un proyecto que se jura y perjura va a ser sostenible, se oponen.
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4 comentarios:
Hoy conversaba sobre esto, y la gente comparte la desesperación, la idea de que no lo podremos parar. Yo comparto tu optimismo, que requiere el buen trabajo de muchos para convertirse en realidad. Muchas gracias por tu parte.
Por cierto, ya que el Sr. Hiel nos quiere vender sus proyectos dándoles "buena imagen", revetémosela: igual que ARRAMÓN, empecemos a hablar de "Gran Stafa" o de "Huesca, la Mafia" ;)
Ah, y si pide ideas para hacer cosas, pues démoselas, que haberlas haylas.
Yo pediría que Aragón se convierta en un centro neurálgico de las energías renovables y de la sociedad del conocimiento, pero, POR FAVOR, Sr. Hiel: no construya más edificios para (regalar) universidades (al Opus) e institutos tecnológicos, lo que hace falta es atraer empresas que contraten a investigadores y tecnólogos para trabajar en sus instalaciones, o que suscriban acuerdos de colaboración con los investigadores y tecnólogos que ya tenemos, y financien la dotación de laboratorios, la contratación de ingenieros y científicos, etc.
El hecho de que todas las organizaciones ecologistas y naturalistas de Aragón estén en contra ya es un activo importante. Además, hay gente en los pueblos que también lo está. Lo más duro es comprobar como gente como Biel se pasan los pocos avances democráticos, como el Convenio de Aarhus, por el arco del triunfo. Y, sobretodo, que cala el mensaje de que si te opones eres un impresentable que te opones al futuro de tu propia tierra. Se identifica Gran Scala como el bien supremo y claro, ¿quién se va a oponer al bien?. Sin embargo, el tamaño del proyecto puede ser el germen de su propia destrucción. Es, más o menos, fácil tragar con una Expo... pero con esto... además, a la gente le empieza a chirriar tanto desarrollo sostenible en los discursos y luego cosas como estas. Yo creo que se puede parar o que, por lo menos, nos tenemos que dejar la piel en pararlo. Además, está el tema de la crisis finaciera actual y la, más que posible, crisis económica.
El 33% de Costa Rica es Parque Natural... Por qué no puede ser Aragón verdaderamente puntera en el desarrollo sostenible DE VERDAD... en hacer las cosas de otra manera...
Además, resulta exasperante que alguien ya mayor apruebe proyectos irreversibles que pueden hipotecar el futuro de muchos que todavían no han, siquiera, nacido.
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