El ser humano ha perdido el firmamento. Cuando levanta su mirada hacia la noche no contempla sino un extenso mantel oscuro. Ya no hay estrellas, ni galaxias, ni pueden enhebrarse las constelaciones. Vive en las ciudades y la luminosidad de las ciudades ha devorado las estrellas abriendo un infinito paraguas negro. Todo en las ciudades hace luz. Hay faroles, lámparas o focos que mantienen los viejos edificios presentes cuando se va el día y la nocturnidad se abalanza sobre las calles. También anuncios luminosos, letreros encendidos o automóviles que circulan las avenidas de madrugada con sus grandes ojos brillantes.
Todo en las ciudades deslumbra y hace olvidar las cosas sencillas que importan. El ser humano observa las luces y no recuerda el lugar en que comenzó a caminar. Entonces levantaba su mirada al cielo y recorría absorto el firmamento laceando constelaciones. Ahora no recuerda que nombre dio, una por una, a cada estrella. Al ser humano sus luminosas ciudades le han robado el firmamento y sin el firmamento se le endurece la utopía, le queda más lejana la primavera y debe aprender otra vez a soñar
Todo en las ciudades deslumbra y hace olvidar las cosas sencillas que importan. El ser humano observa las luces y no recuerda el lugar en que comenzó a caminar. Entonces levantaba su mirada al cielo y recorría absorto el firmamento laceando constelaciones. Ahora no recuerda que nombre dio, una por una, a cada estrella. Al ser humano sus luminosas ciudades le han robado el firmamento y sin el firmamento se le endurece la utopía, le queda más lejana la primavera y debe aprender otra vez a soñar
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2 comentarios:
hola, es curiosa la contaminación luminosa de la que se quejan los astrónomos...ayer jueves vivimos una de esas encantadoras contradicciones de lo políticamente correcto: por un lado, el apagón de 5 minutos, voluntario para el ciudadano y obligatorio para el funcionario. Por otro, la campaña de iluminación Navideña, ya en marcha, que culminará
con el encendido de 11.600 lámparas durante las fiestas del solsticio de invierno en honor de los grandes almacenes...como dice un proverbio escocés, regala una sonrisa, ilumina más que una bombilla y es más barato ;-P
hola, es curiosa la contaminación luminosa de la que se quejan los astrónomos...ayer jueves vivimos una de esas encantadoras contradicciones de lo políticamente correcto: por un lado, el apagón de 5 minutos, voluntario para el ciudadano y obligatorio para el funcionario. Por otro, la campaña de iluminación Navideña, ya en marcha, que culminará
con el encendido de 11.600 lámparas durante las fiestas del solsticio de invierno en honor de los grandes almacenes...como dice un proverbio escocés, regala una sonrisa, ilumina más que una bombilla y es más barato ;-P
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