domingo, 23 de diciembre de 2007
NO todo es lo que (SI) parece
que NO como carne o pescado
que NO quiero trabajar en los sectores de la construcción y del automóvil
que NO adquiero ropa en los comercios cada dos semanas
que NO remiendo mis pantalones rotos
que NO tengo calefacción y me aborrezco de frío estos días de niebla
que NO tengo aparato televisor
que NO uso teléfono móvil
que NO me afeito
que NO poseo un vehículo privado con motor de combustión interna
que NO compro productos ya cocinados
que NO acudí a mi cena de paso de ecuador
que NO acudí, tampoco, a la de fin de carrera
que NO quiero pagar un médico privado
que NO me producen ningún placer los parques de juego y ocio
que No creo en aquello que ahora empresarios y políticos llaman desarrollo sostenible
resulta
que SI me alimento con el sabor de otros lugares
que SI me produce un placer moral mi trabajo
que SI acierto a mostrarme como en realidad soy
que SI muestro con orgullo mis harapos
que SI comparto el calor que emana de las bibliotecas
que SI tengo tiempo para leer un libro
o dos si son pequeños
que SI considero que mi planeta es demasiado hermoso
como para parecer un horno microondas
que SI puedo mirarme cada mañana en el espejo
que SI pedaleo de un extremo al otro de mi entorno embargado de sonrisas
que SI aprendí a cocinar
que SI comparto mi saber culinario con quien me aprecia
que SI tomo de otros su saber culinario y lo pongo en práctica
que SI creo en una sanidad eficiente
que SI encuentro hermosos los escorpiones y las tarántulas
que SI soy sostenible
miércoles, 19 de diciembre de 2007
¿Por qué luchamos? (I) / Why do we fight for? (I)
Es necesario en cada momento hacer lo que uno considera correcto o, al menos, intentarlo. Eso supone, sobretodo, romper la línea que separa la teoría de la práctica. Las ideas no tienen capacidad transformadora. Suponen tan sólo un medio, el fin debe ser siempre la actuación. Nadie en su sano juicio sería capaz de afirmar que el planeta es un lugar perfecto en donde cada individuo puede desarrollar totalmente sus capacidades. Los más concienciados extenderían el concepto de individuo a los ecosistemas y sus integrantes. ¿Qué me diferencia a mi, entonces, de esas personas? El hecho de pretender que mis ideas se conviertan en acciones. Y, aunque bien es cierto que es complicado llevar algúnos planteamientos a la práctica, intentarlo no lo es. En el intento adquirimos nuestra dignidad de transformadores sociales. Por eso luchamos y, por eso, es preciso involucrarse en la modificación de la sociedad. Alcanzar el horizonte fijado supone una cuestión secundaria.
Del derecho al pataleo hablaremos otro día...
A good friend of mine wondered if it was any useful to work to change this society we are, one way or another, responsible for. It’s true this monster intimidates you. Every day you do your best to modify its trajectory and check it’s still walking the same mistaken path. Throughout the years you see how some mates quit. Maybe because the task looks more like a mad people’s job. Or maybe, because of tiredness. Faith is an unusual feeling which disappears in the same difficult way to understand it comes up. Even though, in this context, faith has no religious connotation and it is based on strong political, social and ecological approaches –assuming we could be wrong-. In fact, even those who quit are conscious the flags they once raised still have thir place now. They just don’t feel the struggle compensates their time, motivation or worries. I am sure all of this is about answering the question: what do we fight for?.
It’s necessary, in every moment, to do exactly what you think is correct or, at least, to try it. That means, above all, breaking the practice-theory line. Ideas can’t change anything. They are just the mean, the aim must always be acting. Nobody can assure planet Earth is a suitable place in which every human being can make the most of every ability he has. This should be extent to ecosystems and animals. ¿What are the differences between me and that people who believe having ideas is enough? The fact I pretend my thinking to be taken to actions and, although, certainly, it’s uneasy to take some approaches to practice, trying it it’s not. When we try we acquire our social transformers dignity. That’s why we fight for and, therefore, that’s why it’s important to get involved in the society transformation. Reaching our aim it’s a secondary matter.
About the right to get angry we’ll talk some other day...
miércoles, 5 de diciembre de 2007
La bicicleta como transformadora
A pesar de todo esto, mis derechos como usuario de la vía pública no son reconocidos. Soy increpado cada viaje para dejar mi espacio a los automóviles. Incluso cuando circulo de un modo defensivo ocupando todo el carril, estos me adelantan muy cerca. Sufro acelerones, ruidos y frenazos. En definitiva se me imponen una movilidad y una normativa de tráfico pensadas en exclusiva para el automóvil.
Si yo me muevo en bicicleta todo se transforma. Mi dependencia energética se reduce de modo drástico. La atmósfera de mi entorno es saludable. Se reduce el espacio destinado a los automóviles y aumenta el que puede ser disfrutado por todos los usuarios de la vía pública. El poder económico de las transnacionales del automóvil es sustituido por cooperativas de producción de bicicletas. En definitiva, un nuevo concepto asociado al urbanismo y la movilidad se extiende impregnando cada sector socioeconómico.
martes, 4 de diciembre de 2007
Comunicado de Casas Viejas
¿Pero no era Venezuela una dictadura?
La pasada semana, haciendo una lectura muy breve de la prensa diaria, me extrañó leer que en Venezuela se había permitido una manifestación contraria a la reforma constitucional promovida desde el ejecutivo. Como suele ser habitual en estos casos, por extensión, la marcha también se posicionaba de un modo radical en contra de Hugo Chávez. Siempre había creído que, más allá de definiciones académicas, una de las características más visibles de las dictaduras es que prohibían cualquier manifestación no acorde con la línea ideológica del dictador.
Resulta que, navegando por la red, comienzo a comprender los intereses financieros y empresariales que Europa –donde ponga Europa podemos sustituir por España- tiene en Iberoamérica. También leo en otras páginas que Hugo Chávez pretende implantar un sistema socialista que, a juzgar por ciertos párrafos, no tiene nada que ver con experiencias del pasado; parece ser que se garantiza el respeto a la propiedad privada. Así que lo que empiezo a intuir es que alguien tiene mucho interés en desacreditar la labor del presidente de la república y que a los periódicos, las emisoras de radio o las televisiones no les ha supuesto conflicto ético alguno ponerse a su servicio.
Lo indignante es estos medios de comunicación, tan impresentables, tan al servicio de la oligarquía económica y tan miserables en su fondo y en su forma, no convengan ahora en desdecirse y admitan que no nos han contado toda la verdad, o que nos la han contado mal. Y que expliquen por qué nos han retratado de esta forma la situación política en Venezuela. No lo harán, sin embargo. Profundizarán, en la derrota del “Si” para empujar el próximo revocatorio y expulsar a Hugo Chávez de la presidencia del país y nos pretenderán convencer de que todo se ha hecho en nombre de la democracia y de un planeta más libre. Lo más curioso, que alguien sometido a factores externos pretenda darnos a los demás lecciones de libertad.
Las ilustraciones son de Allan McDonald y de Gervasio Umpiérrez
lunes, 26 de noviembre de 2007
Así en la vida como en la muerte
Miguel Hernández perteneció a la mejor generación de intelectuales que, incluso con sus errores, la península pudo ofrecer jamás. No sólo por su valía académica o literaria, sobretodo porque no vivieron al margen de los acontecimientos que estaban teniendo lugar. De hecho, se comprometieron hasta verse obligados a sufrir exilio o, incluso, a ser eliminados físicamente. Ahora que la disidencia en el cuerpo intelectual nos resulta tan extraña, debería ser considerada la figura de personalidades como Miguel Hernández con una perspectiva distinta, alejada de los homenajes vacíos en donde se rememoran los versos del poeta sin aludir a las circunstancias vitales que les dieron forma.
jueves, 22 de noviembre de 2007
...de Macroproyectos ¿Sostenibles?
Imagino que los nuevos parques temáticos que se están proyectando en Monegros son la última iniciativa del ejecutivo para combatir el cambio climático.
jueves, 15 de noviembre de 2007
Masa Crítica Noviembre Zaragoza
martes, 6 de noviembre de 2007
Modelo de Ciudad
Todo en las ciudades deslumbra y hace olvidar las cosas sencillas que importan. El ser humano observa las luces y no recuerda el lugar en que comenzó a caminar. Entonces levantaba su mirada al cielo y recorría absorto el firmamento laceando constelaciones. Ahora no recuerda que nombre dio, una por una, a cada estrella. Al ser humano sus luminosas ciudades le han robado el firmamento y sin el firmamento se le endurece la utopía, le queda más lejana la primavera y debe aprender otra vez a soñar
martes, 30 de octubre de 2007
El cambio climático como creador de conciencia
Para la solución al problema del cambio climático, la segunda de las ideas previamente planteadas tiene muchísima mayor incidencia que la primera. Los grupúsculos de escépticos que todavía pululan a nuestro alrededor tendrán que aceptar, más temprano que tarde, que los ciclos climáticos no pueden explicar la inquietante cantidad de acontecimientos meteorológicos extraños que están teniendo lugar. Por tanto, la sociedad occidental debe comenzar a modificar sus hábitos si pretende poner coto a la desaparición de la vida del planeta como la conocemos actualmente. Sin embargo, nuestro sistema socioeconómico impide evitar la degradación del medio.
Nuestra economía se sostiene sobre el consumo irresponsable y desproporcionado de un sector minoritario de la población. Todo lo que es adquirido supone un gasto energético responsable de la emisión de grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Una reducción en ese consumo, podría suponer el desmoronamiento de un importante número de grandes corporaciones y una muy dura crisis difícil de solventar. La cuestión radica en que, según todos los pronósticos, continuar del modo en el que nos encontramos, generará una crisis de proporciones similares. La ética es la única disciplina que puede permitirnos superar estas contradicciones. Nuestro modelo no es ético, como no lo son nuestras vidas. Un cambio en nuestra forma de consumir supondría la adquisición de una conciencia que podría suponer una herramienta excepcional a la hora de superar esa posible crisis económica. Además, conllevaría la supervivencia del planeta y gozar de una serie de recursos que siempre han tenido un carácter no finito al tratarse de productos renovables. Un par de aspectos con los que no habremos de contar si seguimos caminando en la misma dirección que hasta ahora.
jueves, 25 de octubre de 2007
TRECE ROSAS ROJAS
No creo que deba entrarse a valorar la calidad artística de “Trece Rosas” como artículo cinematográfico, ésta es indudable. Tampoco su emotividad, de la cual pueden ser una muestra los ojos vidriosos de los espectadores una vez hubo terminado el film. De lo que si me encuentro convencido es de que la historia real de estas trece mujeres gozó de una intensidad vital y política sensiblemente mayor de lo que da a entender la película. La sensación que tuve en la noche de ayer al salir del cine fue la de haber contemplado el desenlace fatal de un patio de juegos. La imagen de los protagonistas se me revelaba como un conjunto de rasgos banales, despreocupados, carentes de toda profundidad ideológica. No sabremos nunca las pasiones, anhelos y emociones que movieron a estas personas a involucrarse en la defensa de la República, pero los testimonios de otros compañeros y compañeras que sí lo hicieron dejan en evidencia la falta de solidez del guión de “Trece Rosas”.
Claro que, en España, incluso hoy, filmar una película relacionada con la Guerra Civil, o la posterior represión, conlleva una serie de limitaciones relativas a esa especie de censura autoimpuesta cuyo propósito es mantenerse en un terreno neutral. Lo que acaba sucediendo, a mi modo de ver, es que para evitar el revanchismo, lo que se cuenta acaba cojeando, perdiendo solidez y cayendo en los habituales tópicos y estereotipos. Luego resulta, que el mero hecho de tratar el tema se utiliza para denunciar las ansias de revancha del sector de la población que se siente más identificado con los vencidos. Al final la verdad de los hechos acaba quedando reducida a los lectores, aquellos medios de expresión destinados al gran público no hacen sino repetir una y otra vez los mismos acontecimientos con personajes diferentes. Esto impide un reconocimiento justo a la vida de aquellas personas que siguieron una idea con la convicción necesaria para terminar torturados y asesinados o en prisión y adquirir un aprendizaje que nos sea de utilidad para escribir nuestra propia historia.
Lo que más me ha sorprendido investigando sobre el tema es la fecha en la que fue colocada una placa conmemorativa en el cementerio de La Almudena, apenas seis años después de la victoria socialista de mil novecientos ochenta y dos. Quizás no sea sino el reconocimiento justo a la trascendencia que la lucha por una idea puede tener en el futuro. Algo imprescindible en estos tiempos escépticos a los que nos enfrentamos y que películas como “Trece Rosas” no contribuyen a evitar.
miércoles, 24 de octubre de 2007
La Ley de la Memoria Histórica, el Valle de los Caídos y el origen de nuestra democracia
Me cuestiono cómo van a poder sentirse, aquellos que defendieron la legalidad republicana, integrados en semejante esperpento. Vamos a ser honestos con la historia y dejarnos de cuestiones más próximas a la candidez que a la realidad. El indignante monumento fue construido por presos de conciencia y pensamiento dentro de la política del régimen de humillación a los vencidos. Del mismo modo que lo fueron otras obras públicas. La maldad de todo este tipo de hechos no sólo reside en obligar a un convicto a realizar un trabajo para obtener una reducción de su pena, sino en el ideario de estas prácticas: los vencidos debían trabajar porque ellos eran los responsables únicos de la miseria del país. Algo similar a las condenas por adhesión a la rebelión de la mayoría de estos condenados a prisión o de los que sufrieron fusilamiento. Curioso que los sublevados enviaran a presidio a aquellos que habían defendido un gobierno legalmente constituido tras las elecciones libres de febrero de 1936. Todo buscaba legitimar la dictadura del mismo modo que el reciente acuerdo sobre el Valle de los Caídos contribuirá a que éste sea, aunque no sea demasiado correcta la expresión, normalizado.
En otros países, como Guatemala o Sudáfrica, se han investigado y publicado las atrocidades cometidas durante periodos determinados de su historia. Quizás se hayan firmado leyes de punto final y muchas de esas salvajadas hayan quedado impunes, pero las víctimas y las familias de los éstas han tenido la oportunidad de recibir el reconocimiento social que su dolor merecía. No podemos ponernos en su lugar y discriminar si hubiera sido mejor llevar a cabo otras iniciativas políticas. A lo que si nos lleva la reflexión es a darnos cuenta de que el caso español es vergonzante. El cenit se alcanza cuando se hace propaganda de la transición democrática y se plantea como el ejemplo idóneo de lo que ha de ser un proceso de este tipo. Algunas de sus deficiencias se están manifestando en la actualidad cuando los nietos preguntan por los familiares desaparecidos. Personas de las que, en algunos casos, han oído hablar por una comentario indiscreto. Tal fue el sufrimiento causado o el miedo infligido a los vencidos que las muertes de sus seres queridos fueron silenciadas, incluso, por aquellos que en otra situación hubieran exigido, al menos, un juicio justo y una condena ejemplar. El acuerdo no rompe con esta situación sino que la perpetúa, del mismo modo en que prolonga en casi tres décadas los errores en el proceso de desmantelamiento de la dictadura, como si se escuchara todavía el ruido de los sables, del clero y del gran capital. Algo que cuestiona, una vez más, el origen y la naturaleza de nuestra “democracia”.
Sólo existen dos caminos posibles para el Valle de los Caídos: su demolición o la creación de un museo en que sean reproducidas las atrocidades cometidas por el régimen sin tapujos ni cortapisas. Rompiendo con esas manías revisionistas de identificar dos bandos en igualdad de circunstancias, algo que justifica el golpe de estado y la legitimidad de la dictadura. De otro modo, no hacemos sino vivir en una “democracia” impuesta por la dictadura para mantener a los dirigentes de entonces en sus idénticos asientos con distintos apelativos. A pesar que de ello me muestro profundamente convencido.
jueves, 11 de octubre de 2007
ZARAGOZA ESTUDIA IMPLANTAR EL 'BICING' EN MESES
¿A qué nos lleva la primera de esas lecturas? Pues a considerar que la implantación de un sistema de alquiler de bicicletas en Zaragoza es similar a pretender correr un 'Tour' sin haberse comprado bicicleta.En una ciudad orientada principalmente al transporte privado, laimplantación del 'bicing' va a suponer un error que puede retrasar significativamente la incorporación al grupo de poblaciones que han comenzado a apostar por modelos alternativos de desplazamiento. Servirá, si acaso, para contribuir a dotar al equipo de gobierno de una imagen de preocupación ambiental que desaparece cuando se analizantodos los factores medioambientales que afectan, o son consecuencia,de sus políticas.
¿Y la segunda? A que al Ayuntamiento sólo le queda un camino posible:la apuesta decidida por un modelo sostenible de transporte que deprioridad a la bicicleta y al transporte público colectivo.
El 'bicing' es un excelente complemento a una ciudad orientada a unamovilidad sostenible y a campañas de sensibilización y promoción de la bicicleta. Zaragoza no reúne las condiciones necesarias, entre otras cosas, porque mientras que en otras ciudades se estaban realizando las acciones adecuadas, en la nuestra, la inoperancia de los diferentes equipos consistoriales no ha motivado sino un modelo de transporte inmovilista y no sostenible. Pruebas de ello han sido el fracaso dela "Mesa de la Bicicleta" o la chapuza del carril bici de Echegaray y Caballero. Mucho deberíamos temernos que el proyecto que nos ocupa supongamás de lo mismo.
viernes, 7 de septiembre de 2007
De ecovagos, guarros y maleantes
Es curiosa la forma en que ciertos sectores plantean sus posturas en relación al dragado del río o el rebaje de la solera del Puente de Piedra. Es cierto que en una sociedad con un déficit cultural como la nuestra, no se puede exigir que la gran mayoría de la población tenga conocimientos profundos sobre aspectos tan diversos como la dinámica fluvial; la incidencia que puede tener un dragado en un ecosistema tan complejo como un río o la importancia de conservar el patrimonio. Pero si que es exigible –y más en un mundo tan tecnificado como el nuestro-, que los ciudadanos acepten sus limitaciones y, al mismo tiempo, que avancen en su conocimiento de los temas más polémicos. Es decir, que escuchen y comprendan los argumentos que los profesionales sostienen y los hagan propios. No se está aquí tratando de estúpida a la ciudadanía. De hecho, se afirma con rotundidad que ésta puede colocarse al nivel de aquellos. Lo que se está planteando es la necesidad de que frente a aspectos científico-técnicos, sean los investigadores quienes definan el camino a seguir. Sobretodo, ahora que la ciencia está contribuyendo a encontrar el lugar del ser humano en el planeta.
Vivimos en un país que invierte muy poco en su cultura. Un territorio del que salen, cada año, cientos de profesionales cualificados con el único propósito de desarrollar una labor científica que aquí se les niega por cuestiones económicas. Lo que es una prueba categórica del lugar que ocupan estas personas en la estructura social. No es de extrañar, por tanto, que cuando se tratan asuntos de carácter técnico, sus voces sean ignoradas y obtengan sólo pequeños espacios en los medios de comunicación de masas en forma de cartas al director. El comportamiento de una parte de la ciudadanía, en consecuencia, suele ser el descalificativo personal, el ataque sin cuartel al tejido asociativo que hace propias las tesis de los científicos y las llevan al terreno de la lucha social. En primer lugar porque desconocen que el origen de las tesis es científico. En segundo lugar, porque con un profesor universitario, un investigador, un sufrido becario no es fácil discutir. Aunque su valor en la estructura social sea muy pequeño.
Nos resta entonces la discusión surrealista. Como en un acto de Buñuel, un conjunto de escenificaciones irracionales y patéticas ofrecen el tiempo preciso para que la película alcance su metraje óptimo: las obras siguen su curso y los que apoyan su realización toman esto como una victoria. Nos movemos entonces en el terreno del consenso y la mayoría ciudadana. Una democracia mistificada es el ámbito de discusión en el que se acciona el debate y él que se siente en superioridad recurre al “ecovagos” habitual, “guarros” cotidiano, a la afirmación ridícula de que los que se oponen a estas obras “están en contra del progreso y nos quieren en el siglo XVII o en la edad del piedra”. Ante la falta de argumentos sólidos se recurre a las mayorías difícilmente definibles. Llegar a un consenso en materia gastronómica cuando un grupo relativamente numeroso de personas coinciden a comer tiene cierto sentido. Incluso en ese momento, la mayoría de votantes, puede tenerlo también. Lo que resulta surrealista es pretender el consenso, o el uso de la mayoría, cuando la materia a tratar es de corte científico.
Pero lo más duro de afrontar es que, con esa actitud, lo que se está poniendo en evidencia son las deficiencias científicas y educativas de un país y la incapacidad de los ciudadanos de ese territorio de tomar las riendas de su futuro, acercarse a los que disienten, conversar con ellos y contribuir, en definitiva, a que el déficit cultural del Estado español no sea tal. Tanto como parecen desear que el progreso se extienda a cada rincón del mismo.
jueves, 30 de agosto de 2007
Después del TRASVASE... ahora tenemos a los ENEMIGOS del EBRO en casa.
domingo, 26 de agosto de 2007
¿Crece el descontento respecto de la "Expo 2008"?
Si bien es cierto que existe una inmensa mayoría de personas que se muestran indiferentes ante lo que está sucediendo en Zaragoza, no lo es menos el hecho de haberse ido detectando un creciente descontento en la ciudadanía. Lo que en un principio iba a suponer un idilio perfecto entre la ciudad y la Exposición internacional va convirtiéndose, poco a poco, en un desengaño de proporciones, todavía, no cuantificables. La subida de impuestos, el incremento del precio de la vivienda o el acoso continuo de la policía local con el propósito único de incrementar el volumen de ingresos del consistorio –en forma de multas de tráfico o de otro tipo-, van modificando la forma de pensar de los ciudadanos con relación al evento. En menor medida –algo que hay que lamentar debido a que indica la escasa sensibilidad de los zaragozanos ante los temas ambientales-, también están contribuyendo los proyectos de dragado del río y de rebaje de la solera del Puente de Piedra, últimas felonías provocadas por esta carrera hacia ninguna parte.
Quizás lo más triste sea constatar que ese descontento no ha desembocado en una oposición frontal a la muestra, posiblemente, debido a esa especie de doctrina, parte ya del ideario colectivo, por la cual se identifica la Exposición Internacional de Zaragoza en 2008 con la mejor oportunidad de la ciudad para darse a conocer a nivel planetario, por un lado, y con la solución a todos sus problemas, por otro. Es decir, criticar la muestra no supone un acto de libertad individual sino, por el contrario, un ataque directo a la ciudad y, por extensión, identificarse con ese “minúsculo” grupo de personas partícipes de la “política del no” y cuyo compromiso con Zaragoza se supone inexistente.
Relacionar un evento, por mucho que éste sea de carácter internacional y cuya duración va a ser de tan sólo tres meses, con el modo de solventar todos y cada uno de los problemas de una ciudad como Zaragoza, resulta un acto de irracional ingenuidad. Por otro lado, cabría preguntar a los zaragozanos sobre su conocimiento acerca de las últimas sedes de ésta cita para que comprendieran que la promoción de Zaragoza no será tal. En su defecto, interrogarles por ciudades como Edimburgo, Dublín o Praga, que no han organizado eventos de este tipo y que, sin embargo, reciben millones de visitantes cada año, prueba de su proyección internacional.
Lo que parece claro, actualmente, es que la exposición va a llevarse a cabo. La cuestión es ahora si ese núcleo de descontento crecerá durante los meses que nos separan de la inauguración del evento y, sobretodo, si se mantendrá a pesar de las continuas alabanzas que éste va a recibir por parte de los medios de comunicación y organizadores, independientemente del resultado del mismo, o de lo que se haya puesto en juego para su realización. Canalizarlo y obtener de él respuestas ciudadanas de mayor calado ante futuras actuaciones consistoriales debería ser el objetivo prioritario en la actualidad. De todo este despropósito, debería surgir un movimiento que exigiera cauces de participación ciudadana que impidieran en el futuro los horribles actos de los que estamos siendo testigos preferentes.
miércoles, 15 de agosto de 2007
Palabras del pasado que suenan a presente
Pero, escuchadme todos, ahora tenemos que hacer frente a otra raza -escasa y débil cuando nuestros padres entraron en contacto con ella por primera vez, mas extendida y arrogante en nuestros dias-. Por extraño que parezca, se han empeñado en cultivar la tierra y están enfermos del afán de posesión. Estas gentes han establecido muchas reglas que los ricos pueden saltarse, pero no los pobres. Recaudan impuestos de los pobres y los débiles para mantener a los ricos que gobiernan. Reivindican nuestra madre tierra, la de todos, para su disfrute particular y se atrincheran contra sus vecinos; desfiguran la tierra con sus construcciones y sus inmundicias. Esta nación es como un torrente de nieve fundida que desborda su lecho y lo arrasa todo a su paso.
Resulta imposible convivir con ellos.
Toro Sentado, 1875